Sabía que todo iba a terminar mal [de alguna forma] aunque tu aún no lo veas. Callé pensando que tu seguridad era suficiente para capear la tormenta, pensando que podrías soportar la presión; pero no lo hiciste. Débil.
¡Cobarde!, ahora me pregunto ¿Por qué lo hice? ... ¡Ah! Alguna vez caminamos por distintas calzadas; pero en compañía [aún cuando cada quien hiciera su propio camino] sabíamos que el destino era bueno
¿Hacia donde apuntas ahora? No, no se trata de vivir reprimido se trata de vivir; pero eso tú ya lo sabías. Ahora andas jugando a ser un gato sobre el tejado, saltando, corriendo, durmiendo bajo la luz de la noche y anhelando el cielo.
Querida, el cielo es para los dioses y los hombres, no para los animales.
[Te extraño]
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