Sauvage

Remojémonos en el agua hasta quedar como pasas y después sacudámonos todos los residuos de lodo. Hagamos bulla y espantemos a las aves. Zapateemos, zapateemos de la mis forma en la cual el ruiseñor canta. Montemos un rayo de luz mientras este busca su destino  y lleguemos al firmamento. Contemos la cantidad de veces que la gente sonríe en la calle y hagamos de ese número un elemento multiplicador para aumentar la alegría. Embriaguémonos con  una buena bocanada de aire. Desafinemos en todas las canciones, que las melodías  monótonas se quiebren ante las ganas de vivir.

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