Promesas

Las promesas se desmoronan tal como se desmorona el granizo acumulado en el alfeizar de la ventana. Son cálidas en su creación, perfectas en su deber, grandes contenedoras de lo que podría ser un desenlace que nunca llega a ser. Son hechas para ser efímeras, para crujir bajo los pies de quien les da vida y lastimar con su caída a aquel que cree. 



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