Es curioso ver como un simple espejismo puede cambiar tus emociones y tensar tu cuerpo. Algunos espejismos son cual oasis, te alimentan, te dan refugio. Alegran el día del mismo modo en el cual la adolescente se enternece y ruboriza cuando le parece ver el pelo del chico -que tanto le encanta- de grado superior; pero otros en cambio [esos] te sumergen en agonía, sencillamente arruinan tu día.
Mi espejismo andaba en bicicleta
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