Solo los corazones pueden albergar tanto terreno hastío y sediento de cualquier alimento.
¡Oh, si! Somos la réplica exacta de la naturaleza. Tanto en ella como en nosotros el depredador encuentra lugar y el terreno desocupado es habitado raudamente por hierbajos, malas hierbas, odio.
Comentarios
Publicar un comentario
Y tú ¿Qué piensas?