Avanza, avanza...



Solo los corazones pueden albergar tanto terreno hastío y  sediento de cualquier alimento. 
¡Oh, si!  Somos la réplica exacta de la naturaleza. Tanto en ella como en nosotros el depredador encuentra lugar y  el terreno desocupado es habitado raudamente por hierbajos, malas hierbas, odio. 

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